Siempre me hace gracia cuando políticos, empresarios, periodistas o gente de la calle argumentan que la economía está yendo bien porque el PIB está creciendo. O que un país va mal porque su PIB está bajando. Simple y llanamente. Recordamos frases como; “Estamos saliendo de la crisis porque España es la economía que más crece en Europa. Podemos festejar ya la recuperación.” Lo que sería los famosos «brotes verdes». Sin tener en cuenta que la realidad económica de un país es mucho más compleja que un simple número o un solo indicador.
Puede ser que antiguamente se utilizase el PIB como termómetro de una economía y puede ser que en ese momento funcionase. Digo “puede ser” porque realmente lo desconozco. Pero actualmente estamos en unas economías tan complejas, fuertemente interconectadas entre ellas y funcionando mediante un mecanismo enrevesado y de gran profundidad que es imposible determinar su estado mediante un solo indicador. Y mucho menos dar un juicio final sobre cómo está evolucionando. Tampoco quiero menospreciar la utilidad y toda la información que nos aporta el PIB, esto que quede claro.
Ante esta situación, nos encontramos que para emitir una conclusión sobre el estado de una economía hay que estudiarla a fondo, utilizar muchos indicadores y sobretodo, interpretar estadísticas: cómo está evolucionando el paro, cómo se está contratando y la calidad del trabajo creado. Cómo está evolucionando la demanda interna y por qué. ¿Se están creando o cerrando empresas? ¿Por qué? ¿El crédito fluye o no? ¿El sistema financiero está canalizando correctamente el ahorro? Podríamos plantearnos cómo se está comportando el comercio exterior, si hay más importación o exportación…O preguntarnos cuáles son los puntos fuertes y débiles del país.
Y así podríamos estar un rato, enumerando puntos importantes que hay que estudiar y analizar profundamente, porque como he dicho, al fin y al cabo no depende de un solo dato ni de unos pocos. Realmente es esto lo que hay que hacer para poder afirmar si una economía ha salido de una crisis o no, si está yendo bien o está yendo mal. No hay que juzgar sin saber toda la información o solo utilizando la información que más conviene, hecho que muchas veces ocurre en economía. Hay situaciones en que gente solo utiliza los datos y la información que respaldan su visión y obvian otros igualmente importantes pero contrarios a su conclusión. U otros casos, en que alguien juzga sin tener toda la información consigo, pensando que eso es toda la verdad.