¿Qué es una SICAV?

sicav

Durante los pasados meses electorales la palabra SICAV era muy debatida entre los políticos y la utilizaban como arma para su campaña. Además, este tipo de sociedades siempre han sido criticadas por un cierto público al tacharlas de vehículos de evasión fiscal para ricos. Por esa razón, creemos que es interesante explicar de manera objetiva de qué se tratan y así cada uno pueda juzgar.

Una SICAV es una institución de inversión colectiva cuyas siglas significan Sociedad de Inversión de CApital Variable. Primero de todo, ¿qué es una institución de inversión colectiva (IIC)? Es aquella que capta fondos, bienes y/o derechos del público en general, los cuales son gestionados por  profesionales, con el fin de obtener una rentabilidad invirtiendo estos recursos captados. La rentabilidad de cada participante se calcula en función de su aportación y de forma colectiva.

Una vez hecha esta primera aclaración, vamos a entrar en detalle. Una SICAV tiene la personalidad jurídica de sociedad anónima, por tanto, su capital social (el dinero aportado) está dividido en acciones. Recapitulando, estamos ante un tipo de empresa que solo se dedica a invertir en activos financieros (su objeto social), pero  tiene unas características particulares y están totalmente reguladas.

Vamos a ver las principales características:

  • Están reguladas por la Ley de Sociedades de Capitales, la Ley de Instituciones de Inversión Colectiva y el reglamento.
  • Están controladas por la CNMV.
  • La SICAV tiene que estar formada por un mínimo de 100 accionistas.
  • El capital social es de un mínimo de 2,4 millones de euros.
  • El Impuesto sobre Sociedades es del 1% (como los fondos de inversión).
  • La gestión puede ser interna o en manos de una sociedad gestora externa.

Las SICAV suelen ser criticadas porque se ven como un instrumento financiero creado para los ricos para evadir impuestos. En algunos casos, las SICAV están formadas por un accionista mayoritario (el rico) y 99 que solo dan su firma (una aportación simbólica) y por tanto, hay quienes piden una regulación más estricta en este aspecto.

 

¿Qué es la aversión al riesgo?

aversión al riesgo

En la entrada de hoy hablaremos de un concepto muy interesante y muy presente en muchas situaciones, pero que no es habitual que aparezca en los medios de comunicación. Seguramente, muchos de vosotros, lectores, os habréis encontrado en situaciones en las cuales habéis mostrado vuestra aversión al riesgo, sobretodo si habéis estado ante elecciones de inversión.

La aversión al riesgo es aquel miedo que tenemos las personas al riesgo, es decir, el respeto que le tenemos a la hora de tomar decisiones con un cierto riesgo. Evidentmente, comparada con otra decisión con menos riesgo. Por tanto, podemos definir la aversión al riesgo como aquella preferencia que tiene el ser humano ante dos elecciones, elegir la opción con menos riesgo aunque la otra opción con más riesgo suponga más beneficiosa.

El típico ejemplo que se pone es si a una persona se le deja elegir entre 100€ inmediatamente o 200€ a cara-cruz (es decir, 50% de probabilidad de obtener 200€), suele decantarse por la primera opción.  La esperanza matemática de la segunda, es decir, el valor de la opción es 100€ (200€*0,5=100€), por tanto, matemáticamente es lo mismo. Pero en la segunda opción puedes ganar 200€ o nada. El miedo de no ganar nada, hace que mucha gente prefiera asegurarse los 100€.

Evidentemente no todas las personas son adversas al riesgo, hay quienes elegirán la opción con más riesgo o utilizarán otro criterio para su elección. Por eso es posible hacer una clasificación de  las personas según el riesgo que están dispuestos a asumir. Éstas se pueden clasificar en tres grupos:

  • Neutros al riesgo: eso quiere decir que ante dos elecciones con el mismo valor esperado pero diferentes riesgos, es indiferente.
  • Amante del riesgo: prefiere la opción con más riesgo ante dos opciones de mismo valor. En el ejemplo anterior sería lanzar la moneda.
  • Aversión al riesgo: prefiere la opción con menor riesgo. En este caso elegiría los 100€ directamente.

Como hemos comentado antes, la aversión al riesgo suele ser recurrente en el mundo de las finanzas y la inversión. Muchas entidades financieras hacen cuestionarios a sus clientes, inversores, para conocer su aversión al riesgo y así poder invertir su dinero de acuerdo con su disposición a asumir riesgo en las operaciones. De esta forma, la entidad en cuestión puede gestionar el patrimonio de forma más afín a las preferencias del cliente.

Reseña «Un paso por delante de Wall Street» de Peter Lynch

un paso por delante de wall street

Peter Lynch es uno de los gestores de fondos más conocidos y respetados en el mundo de la inversión. Entre el 1977 y 1990 estuvo como gestor del fondo Magellan en Fidelity Investments, consiguiendo un 29,7% de rentabilidad media anual, labrándose una espectacular reputación en el mundo de las finanzas. La filosofía de inversión de Peter Lynch es de largo plazo, más concretamente Growth Investing, es decir, invertir en empresas en crecimiento. Ha escrito tres libros de inversión: “ One up on Wall Street” , “Beating the Street” y “Learn to earn”.

El libro que hablaré hoy es el primero, “One up on Wall Street”, que a principio de este año (2015) la editorial Deusto publicó la versión en español, traducida por Ramon Vilà, con el título “Un paso por delante de Wall Street”. En este libro, el autor nos ofrece su método de inversión de una manera muy simple, con un lenguaje básico y al alcance de todos. Por tanto, es un libro apto para todo el público interesado en el mundo de la inversión sin demasiado conocimientos en la materia. Eso sí, para poner en práctica este sistema sí que se necesitan conocimientos financieros, así como una cierta práctica en el mundo empresarial. A continuación, al hablar del contenido del libro, ya explicaré el porqué.

Peter Lynch nos explica que se fija en una empresa a partir de su experiencia personal como consumidor de los productos y/o servicios que ofrece ésta. Pero evidentemente, no es el único criterio que utiliza para decidir su inversión, sino solo el inicio. Después es necesario iniciar una investigación sobre la empresa: profundizar sobre su historia, cómo empezó, cómo ha ido evolucionando, información sobre los directivos y por supuesto hacer un análisis de los balances, cuentas y ratios financieras. Pero hay que tener en cuenta que no es suficiente con hacer una investigación del pasado, también hay que saber cuál es su plan estratégico de futuro y analizarlo. Es por eso que antes decía que se precisaban conocimientos económico-financieros tanto para la lectura de balances y cuentas, como para el cálculo de ratios, así como tener una cierta visión empresarial.

En el libro nos da una serie de parámetros para poder identificar valores con una buena proyección como que tenga un nombre poco atractivo, que se dedique a una cosa aburrida, que haya pocos analistas siguiendo la empresa… Me llamó la atención dos cosas: la primera, la palabra Bagger (proviene del béisbol) y que él la utiliza para referirse al crecimiento del valor. Es decir, una 10-bagger es una acción que ha multiplicado por 10 su precio desde que se compró, por ejemplo pasando de 10€ a 100€. Es una terminología inventada por él mismo y que va utilizando en su obra. La segunda cosa, es que según el autor, un inversor aficionado tiene mayor ventaja que uno profesional de Wall Street.

A lo largo del libro el autor va mostrando ejemplos de la realidad y, sobretodo, explica experiencias personales, tanto buenas como malas. Hecho que me parece importante, porque normalmente se suele explicar los éxitos de uno mismo, pero nunca los fracasos. En este caso el autor va narrando los errores que ha ido cometiendo en su vida profesional. De esta forma nos permite ver ejemplos reales de su método y así poder ir aprendiendo de sus aciertos y errores.