Reflexiones de esa asignatura tediosa en carreras económicas

historia economica

En las carreras económicas y empresariales, ya sea Economía, ADE o Finanzas, hay una asignatura que siempre esta presente: Historia Económica (o sus diferentes nombres en las distintas universidades). Se suele caracterizar por ser la asignatura «tocho» y aburrida, la odiada por los alumnos. Evidentemente, hay quienes les gusta, la encuentran interesante y la estudian con gusto. 

Justo hace tres años la cursé, siendo yo del primero grupo. No me gustaba nada y menos tener que «empollar» todo esos apuntes. Siempre he sido de las asignaturas prácticas, de números. Ante mi ignorancia y mi inocencia, pensaba que era una tontería estudiar todo eso. Mis pensamientos eran: para qué estudiar situaciones que han pasado hace mucho, en épocas muy distintas a la actual, si ya tenemos un buen lío económico armado actualmente. Mejor centrarse en cosas que nos ayuden para la actualidad. Sobretodo en el ámbito de la economía, que ha evolucionado y cambiado considerablemente a lo largo de los años. 

Evidentemente, el Pere de ahora piensa muy distinto. En tres años, uno aprende muchas cosas y es capaz de opinar con más conocimiento. En todos estos años, al devorar libros de economía, leer distintos autores con distintos pensamientos, leer bastantes artículos, he llegado a la conclusión que la asignatura se queda corta. Me explico. 

Si lees (ya no digo estudiar) un poco de historia económica puedes ver cómo el ser humano cae una y otra vez en los mismos errores financieros. Un claro ejemplo es el de las burbujas económicas, teniendo cada vez el mismo esquema: tiempo de bonanza, euforia, dinero y deuda, estallido, ruina y crisis. ¿Por qué los seres humanos no aprendemos?  Es verdad que si comparamos la primera burbuja documentada (Holanda, Tulipanes,1630) y la recién vivida en el 2007, el mundo y el sistema económico no tienen nada que ver, siendo actualmente muy complejo. pero el error es el mismo. 

Pero los estudiantes de ciencias económicas y empresariales no solo tendrían que estudiar el pasado económico para evitar caer en los mismos errores, sino que les abre la mente y les da la oportunidad de dudar y cuestionarse todo (siempre hablando dentro del mundo económico).

Se puede caer en la tentación que los dogmas establecidos es lo normal y lo único, están allí porque es lo mejor y lo único que existe. Por ejemplo, no hace mucho había el patrón oro, otro sistema monetario distinto al actual. No entraré a discutir si es mejor o peor, o si se tendría que adaptar o no, pero siempre enriquece a un economista saber que hay distintas y variadas maneras de hacer funcionar una economía, y no solo la que está vigente actualmente. 

Ahora, estoy leyendo el libro del economista Thomas Picketty, «El Capital del s. XXI» y me llamó la atención que esto de la inflación es una cosa relativamente nueva, que se empezó a dar a principios del siglo XX , pero que antes era básicamente inexistente (variaciones del 0,2/0,3%) y cuando había un periodo de inflación/deflación automáticamente se corregía en los siguientes años.

Con todo esto, quiero decir que al conocer diferentes sistemas, diferentes maneras de funcionar, distintos enfoques, nos abre la mente, nos enriquece y nos da más herramientas a nuestra disposición. Tampoco hay que caer en el error de pensar, que lo único que ha ocurrido a lo largo de la historia, es lo único válido, correcto, «normal». En todos estos años ha habido aciertos y errores, políticas económicas que han funcionado y otras que no, que una misma funciona en un país  y en otro no, estrategias empresariales infalibles y otras que nunca se tienen que aplicar. Pero, ¿hay la posibilidad de «crear» políticas o estrategias válidas hasta ahora inmaginables? ¿Puede que algunas de estas que han fracasado, en un futuro y en otro contexto funcionen? 

La conclusión a todo esto, es que hay que saber dudar y cuestionarse todo, para así conseguir salir de algunas reglas preestablecidas, los dogmas económicos antes comentados. Esta es la única forma de poder progresar, mejorar y avanzar, tanto como personas como sociedad. Pero para poder cuestionar, hay que aprender, leer y conocer. Conocer la historia económica permite evitar caer en errores que la humanidad ya ha caído y tener una visión más amplia de la economía.

Pere Antoni Taberner