Hablando del PIB

 hablando del pib

Siempre me hace gracia cuando políticos, empresarios, periodistas o gente de la calle argumentan que la economía está yendo bien porque el PIB está creciendo. O que un país va mal porque su PIB está bajando. Simple y llanamente. Recordamos  frases como; “Estamos saliendo de la crisis porque España es la economía que más crece en Europa. Podemos festejar ya la recuperación.” Lo que sería los famosos «brotes verdes». Sin tener en cuenta que la realidad económica de un país es mucho más compleja que un simple número o un solo indicador.

Puede ser que antiguamente se utilizase el PIB como termómetro de una economía y puede ser que en ese momento funcionase. Digo “puede ser” porque realmente lo desconozco. Pero actualmente estamos en unas economías tan complejas, fuertemente interconectadas entre ellas y funcionando mediante un mecanismo enrevesado y de gran profundidad que es imposible determinar su estado mediante un solo indicador. Y mucho menos dar un juicio final sobre cómo está evolucionando. Tampoco quiero menospreciar la utilidad y toda la información que nos aporta el PIB, esto que quede claro.

Ante esta situación, nos encontramos que para emitir una conclusión sobre el estado de una economía hay que estudiarla a fondo, utilizar muchos indicadores y sobretodo, interpretar estadísticas: cómo está evolucionando el paro, cómo se está contratando y la calidad del trabajo creado. Cómo está evolucionando la demanda interna y por qué. ¿Se están creando o cerrando empresas? ¿Por qué? ¿El crédito fluye o no? ¿El sistema financiero está canalizando correctamente el ahorro? Podríamos plantearnos cómo se está comportando el comercio exterior, si hay más importación o exportación…O preguntarnos cuáles son los puntos fuertes y débiles del país.

Y así podríamos estar un rato, enumerando puntos importantes que hay que estudiar y analizar profundamente, porque como he dicho, al fin y al cabo no depende de un solo dato ni de unos pocos. Realmente es esto lo que hay que hacer para poder afirmar si una economía ha salido de una crisis o no, si está yendo bien o está yendo mal. No hay que juzgar sin saber toda la información o solo utilizando la información que más conviene, hecho que muchas veces ocurre en economía. Hay situaciones en que gente solo utiliza los datos y la información que respaldan su visión y obvian otros igualmente importantes pero contrarios a su conclusión. U otros casos, en que alguien juzga sin tener toda la información consigo, pensando que eso es toda la verdad. 

El síndrome del cortoplacista

el sindrome del cortoplacista

En la vida y en el día a día hay que tomar decisiones constantemente, a nadie se le escapa. Algunas tan absurdas como que camisa ponerse o qué tipo de pasta comprar, otras un poco más importantes como apuntarse a inglés o a clases de salsa y otras tan importantes como si estudiar carrera universitaria o ponerse a trabajar. Cada una de ellas tienen unas consecuencias en menor o mayor proporción en el tiempo. En la vida económica pasa exactamente lo mismo,  las empresas, Estados, las familias y los individuos tienen, o mejor dicho tenemos, que tomar decisiones económicas con sus respectivas consecuencias.

En muchos casos, la gente toma decisiones buscando la satisfacción inmediata y cuando más alejado esté en el tiempo la recompensa o el fruto de la acción, más reticente está a llevarla a cabo. También ocurre que solo se piensan en las posibles consecuencias positivas, pero no se quiere pensar en las negativas. Donde quiero llegar es que en muchas ocasiones solo se toman decisiones para el corto plazo sin pensar en el largo plazo, obviando que es más importante el segundo para tener una salud financiera estable. Para hablar de esto, que yo llamo el síndrome del cortoplacista, utilizaré tres agentes económicos que en ocasiones sufren de este fenómeno: Estado, empresa y familia (o individuos).

El principal agente que sufre de este síndrome es el Estado y la razón es muy sencilla, el partido político que entra en el poder tiene cuatro años de vida asegurados, por tanto no les suele interesar tomar decisiones a más tiempo vista. Es aquí donde empieza el primer gran error: la educación. En España necesitamos un profundo cambio educacional, hacer un proyecto ambicioso a largo plazo, para garantizar a las siguientes generaciones un sistema fuerte y sólido. Para mi, la salida de la crisis empieza en este punto, ya que sufrimos un gran problema de ética, valores y moral. ¿Qué pasa? No interesa a los de arriba dedicar gran cantidad de tiempo y recursos en un fin cuyos resultados no se verán dentro de una generación posterior y por tanto no se podrán colgar posibles medallas. Sin hablar que el siguiente gobierno seguramente cambiará todo el proyecto estableciendo uno de nuevo. Pero no solo en la educación, sino en los asuntos puramente económicos pasa lo mismo: mercado del trabajo, sistema financiero, presupuestos, sistema de pensiones… Quieren tomar decisiones a corto plazo pensando en su corta esperanza de vida en el poder, cuando realmente necesitamos profundas reformas.

Después ya pasamos a las empresas, donde sus dirigentes quieren buscar abundantes beneficios y por eso se toman medidas a corto plazo. Evidentemente, no se produce en todas las empresas, ni mucho menos, pero sí que es cierto que hay una cierta tendencia. Sobretodo en las compañías cotizadas, que buscan el incremento rápido del precio de la acción. También es verdad que hay situaciones que requieren el uso de estas medidas, cuando, por ejemplo, la empresa se está dirigiendo a la quiebra o hay algún imprevisto importante. En estos casos, urge tomar decisiones rápidas y eficaces para evitar el desastre. Con todo esto no quiero decir que no se hayan que tomar decisiones a corto plazo, ni mucho menos, sino que hay que tener en cuenta todos los plazos posibles para así garantizar la continuidad y sostenibilidad de la empresa y su creación de valor. El problema es que a veces los directivos se olvidan de un buen plan estratégico en un horizonte temporal lejano, buscando colgarse medallas inmediatamente. Desde mi punto de vista, esto solo puede traer problemas.

Finalmente, el otro agente económico donde encontramos casos de síndrome del cortoplacista es en la unidad familiar, tanto familias como individuos. Aquí he llegado a oír todo tipo de historias, pero todas tienen en común el consumo y satisfacción inmediata que se busca, sin pensar en las consecuencias futuras de éstas. A veces la gente pide una hipoteca sin pararse a pensar durante cuánto tiempo tendrá que ir pagando al banco y cuánto supone esto de su sueldo. La persona o personas ven una casa de ensueño para vivir, pero después de firmar y pararse a leer dicen: ¿tantos años tendré que pagar y esta cantidad de dinero? (que quede claro que no estoy hablando de las posibles actuaciones dudosas de los bancos, sino de la parte más clara de una hipoteca). Otros que pagan una importante entrada al contado para una casa sin saber si el banco les concede la hipoteca. De la misma forma en que empiezan a pagar viajes, coches, pedir préstamos, pero tienen deudas pendientes con otras empresas o personas. Muchos, conducidos por la irracionalidad humana, no ven más allá de tener lo que se quiere, sin pensar en lo que cuesta realmente.

En definitiva, quería hacer esta reflexión desde hace tiempo y que he apodado el síndrome del cortoplacista. Evidentemente no estoy generalizando ni diciendo que todo el mundo haga lo mismo, pero si que es destacable que hay personas que no miran más allá de mañana en cuanto a asuntos económicos se refiere. Para eso, tanto  la familia, empresa o gobierno tienen que quitarse esa venda en los ojos que les impide ver más allá y poder hacer una fuerte planificación pensando en el futuro y no solo en el presente.

Pere Antoni Taberner

Reflexiones de las burbujas económicas más famosas de la historia

burbuja

La burbuja inmobiliaria que hemos vivido durante estos años y que explotó en el 2008 puede parecer una novedad en la historia económica. Podemos caer en la tentación de pensar que este error que cayó el ser humano fue puntual, pero esta irracional sobrevaloración de un activo o producto se ha dado en más ocasiones durante los años. El ser humano no aprende de sus errores económicos y cae una vez detrás de otra. Por eso es interesante hacer una repaso a las burbujas económicas más grandes que han sucedido a lo largo de los años.

Tulipanes

La primera burbuja que se conoce y una de las más famosas es la de los bulbos de tulipán que tuvo lugar en Holanda en el siglo XVII, conocida como la “Tulipamanía”. La locura fue de tal magnitud que la gente llegó a intercambiar sus casas por unos cuantos bulbos.

A finales del siglo XVI la economía de los Países Bajos estaba en crecimiento y gozaba de una gran prosperidad. En ese momento, se empezaron a importar tulipanes procedentes de Turquía y se puso de moda entre la clase alta de la sociedad tener tulipanes en sus jardines. A partir de 1630 el interés por ellos empezó a crecer notablemente y en consecuencia sus precios también. Mucha gente empezó a especular y compraba para luego vender más caro. Fue en ese momento donde surgió un mercado de futuros importante, donde la gente compraba por anticipado bulbos a un cierto precio y esperaban a que florecían en verano. Gente de todas clases vendían sus bienes para poder entrar en ese mercado, ante la creencia que siempre se ganaba en ese “juego”.

Está documentado que el estallido de la burbuja se produjo el 5 de febrero de 1637 ante las malas perspectivas de la siguiente temporada. La gente paró de comprar tulipanes y empezó a querer vender los suyos, para así asegurarse la ganancia. Ante esta masa de vendedores, el precio empezó a bajar fuertemente y muchas familias perdieron todo lo que tenían. Fue en ese momento que Holanda entró en una depresión.

Mares del Sur

Para encontrar la siguiente burbuja en la historia hay que ir hasta Gran Bretaña y ubicarse a principios del siglo XVIII. La compañía de los Mares del Sur compró 10 millones de libras de deuda pública británica y el Estado a cambio le concedió el monopolio del comercio con América. La compañía estaba avalada por el Estado y rápidamente los inversores se interesaron por ella. Este interés provocó una subida en los precios de las acciones.

En 1717 ante la buena acogida del monopolio, volvieron a comprar 10 millones más de deuda a cambio de una nueva emisión de acciones. Los directivos de la empresa empezaron a alardear del buen funcionamiento de Mares del Sur y su gran potencial. Las compras aumentaron y el precio de cotización no paraba de subir, hasta llegar a las 1000 libras por acción. Fue el 1720 ante los dudosos resultados de la sociedad que se descubrió que había sido un fraude y los dueños habían inflado el valor de la empresa. Rápidamente los inversores quisieron vender sus acciones, hecho que provocó el estallido de la burbuja. Fue entonces cuando Gran Bretaña entró en una crisis económica ante las numerosas pérdidas de los bancos y los accionistas.

La nota curiosa de esta historia es que el famoso físico Isaac Newton había comprado acciones de Mares del Sur y perdió 20000 libras en el estallido.

Gran Depresión de 1929

La crisi económica por excelencia también fue provocada por una burbuja económica. En la década de 1920 en Estados Unidos se estaba viviendo el sueño americano, el conocido «American way of life». Época de prosperidad económica, los empresarios y ciudadanos tenían un exceso de ahorro que se fue canalizando hacia la bolsa. Las acciones americanas fueron subiendo exponencialmente a lo largo de los años hasta el 1929, cuando se produjo el famoso crack y la burbuja de las acciones estalló.

Punto Com 2000

A partir de 1997, con la entrada de Internet en nuestras vidas, muchos inversores vieron oportunidades para ganar dinero. Las empresas relacionadas en este sector, las páginas web, empezaron a subir en la bolsa, mucha gente empezó a comprar acciones. Veían una gran cantidad de futuros beneficios y que éstas crecieran fuertemente. Ante esta avalancha de compras los precios de las acciones fueron subiendo como la espuma, hasta que en el 2001 (?) estalló la burbuja y los índices tecnológicos empezaron a bajar fuertemente.

Inmobiliaria 2007

Esta, creo, que es la que necesita menos explicación de todas, porque se ha hablado mucho a lo largo de todos estos años. Si tuviéramos que resumir en una o dos frases: los bancos empezaron a dar hipotecas sin estudiar los riesgos de cada una de ellas, eso provocó una gran compra de vivienda y en consecuencia construcción de ellas. Hasta que el 2007, al ver que muchas de ellas no podían ser pagadas por los propietarios, el miedo empezó a cundir y los balances de los bancos a sufrir. Esto ha provocado un efecto domino en todo un sistema económico altamente endeudado.

Una vez hecho el viaje por las burbujas más famosas de la historia económica, podemos ver como todas siguen un esquema muy claro e igual, siempre guiadas por la psicología humana. Se empieza por una época de crecimiento económico, en la cual las empresas ganan grandes cantidades de dinero. Todo el mundo se impregna de esta bonanza económica y empieza a querer ganar cada vez más dinero. Buscando la inversión perfecta, un activo en particular empieza a subir, sobrepasando su precio intrínseco. Momento en que la gente empieza a pagar más de lo que realmente vale, con la creencia que siempre seguirá subiendo. Hasta que llega el momento, que los inversores se dan cuenta que realmente está sobrevalorado y empiezan a vender para asegurar ganancias. Este es el momento que estalla la burbuja y el precio cae en picado. Todo el sistema que se había endeudado para poder financiar las inversiones “perfectas”, ahora tiene unas obligaciones que no puede pagar, entrando en una fuerte crisis.

El ser humano tropieza una y otra vez con la misma piedra, guiados por la avaricia. Cegados por el objetivo de ganar dinero, no se para a pensar si realmente el activo que está comprando vale ese precio. El otro problema es que no se analiza si realmente se puede permitir esa inversión, ya sea por el dinero ahorrado como por la deuda que se asume, poniendo en peligro las finanzas particulares (ya sean familias o empresas). En definitiva, falta un poco de responsabilidad en este sistema económico.

 Pere Antoni Taberner

Reflexiones de esa asignatura tediosa en carreras económicas

historia economica

En las carreras económicas y empresariales, ya sea Economía, ADE o Finanzas, hay una asignatura que siempre esta presente: Historia Económica (o sus diferentes nombres en las distintas universidades). Se suele caracterizar por ser la asignatura «tocho» y aburrida, la odiada por los alumnos. Evidentemente, hay quienes les gusta, la encuentran interesante y la estudian con gusto. 

Justo hace tres años la cursé, siendo yo del primero grupo. No me gustaba nada y menos tener que «empollar» todo esos apuntes. Siempre he sido de las asignaturas prácticas, de números. Ante mi ignorancia y mi inocencia, pensaba que era una tontería estudiar todo eso. Mis pensamientos eran: para qué estudiar situaciones que han pasado hace mucho, en épocas muy distintas a la actual, si ya tenemos un buen lío económico armado actualmente. Mejor centrarse en cosas que nos ayuden para la actualidad. Sobretodo en el ámbito de la economía, que ha evolucionado y cambiado considerablemente a lo largo de los años. 

Evidentemente, el Pere de ahora piensa muy distinto. En tres años, uno aprende muchas cosas y es capaz de opinar con más conocimiento. En todos estos años, al devorar libros de economía, leer distintos autores con distintos pensamientos, leer bastantes artículos, he llegado a la conclusión que la asignatura se queda corta. Me explico. 

Si lees (ya no digo estudiar) un poco de historia económica puedes ver cómo el ser humano cae una y otra vez en los mismos errores financieros. Un claro ejemplo es el de las burbujas económicas, teniendo cada vez el mismo esquema: tiempo de bonanza, euforia, dinero y deuda, estallido, ruina y crisis. ¿Por qué los seres humanos no aprendemos?  Es verdad que si comparamos la primera burbuja documentada (Holanda, Tulipanes,1630) y la recién vivida en el 2007, el mundo y el sistema económico no tienen nada que ver, siendo actualmente muy complejo. pero el error es el mismo. 

Pero los estudiantes de ciencias económicas y empresariales no solo tendrían que estudiar el pasado económico para evitar caer en los mismos errores, sino que les abre la mente y les da la oportunidad de dudar y cuestionarse todo (siempre hablando dentro del mundo económico).

Se puede caer en la tentación que los dogmas establecidos es lo normal y lo único, están allí porque es lo mejor y lo único que existe. Por ejemplo, no hace mucho había el patrón oro, otro sistema monetario distinto al actual. No entraré a discutir si es mejor o peor, o si se tendría que adaptar o no, pero siempre enriquece a un economista saber que hay distintas y variadas maneras de hacer funcionar una economía, y no solo la que está vigente actualmente. 

Ahora, estoy leyendo el libro del economista Thomas Picketty, «El Capital del s. XXI» y me llamó la atención que esto de la inflación es una cosa relativamente nueva, que se empezó a dar a principios del siglo XX , pero que antes era básicamente inexistente (variaciones del 0,2/0,3%) y cuando había un periodo de inflación/deflación automáticamente se corregía en los siguientes años.

Con todo esto, quiero decir que al conocer diferentes sistemas, diferentes maneras de funcionar, distintos enfoques, nos abre la mente, nos enriquece y nos da más herramientas a nuestra disposición. Tampoco hay que caer en el error de pensar, que lo único que ha ocurrido a lo largo de la historia, es lo único válido, correcto, «normal». En todos estos años ha habido aciertos y errores, políticas económicas que han funcionado y otras que no, que una misma funciona en un país  y en otro no, estrategias empresariales infalibles y otras que nunca se tienen que aplicar. Pero, ¿hay la posibilidad de «crear» políticas o estrategias válidas hasta ahora inmaginables? ¿Puede que algunas de estas que han fracasado, en un futuro y en otro contexto funcionen? 

La conclusión a todo esto, es que hay que saber dudar y cuestionarse todo, para así conseguir salir de algunas reglas preestablecidas, los dogmas económicos antes comentados. Esta es la única forma de poder progresar, mejorar y avanzar, tanto como personas como sociedad. Pero para poder cuestionar, hay que aprender, leer y conocer. Conocer la historia económica permite evitar caer en errores que la humanidad ya ha caído y tener una visión más amplia de la economía.

Pere Antoni Taberner

¿Por qué se salvó a los bancos?

Nota a 30/12/14: El artículo formó parte de un trabajo más extenso que data de mayo de 2014 por lo que algunas cifras y apreciaciones pueden haber sufrido cambios.  

Mucho se ha escrito sobre los objetivos de la reforma del sistema bancario en España. La reforma- concebida durante dos legislaturas- engloba un plan de ayudas, nacionalizaciones, fusiones, privatizaciones y regulaciones que responden a un plan de política económica extraordinario como consecuencia del impacto de la grave crisis económica que estalló a mediados de 2008.

Aquí se pretende dejar a un lado los aspectos históricos y centrarse en la ideología y casuística que motivó la reforma bancaria. ¿Por qué se rescató a los bancos? ¿Por qué ellos y no a otras empresas en dificultades?

Intereses políticos 

Como hemos resaltado conscientemente en la introducción, la reforma del sistema bancario cubre un horizonte temporal que abarca dos legislaturas. La IX Legislatura de España da comienzo en abril de 2008 bajo el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero y se extiende hasta diciembre de 2011 cuando el Partido Popular se adjudica la victoria en las elecciones y Mariano Rajoy asume la presidencia.

Prestamos especial atención al marco político puesto que, si bien es de admitir que el grueso de las reformas se han dado bajo el mandato de los populares, ya bajo la batuta socialista se proyectó una primera fase reformista sobre la que se cimentaron posteriores desarrollos de ésta. A donde queremos llegar, es a la conclusión que la reforma bancaria queda al margen del partidismo e ideología de los dos grandes partidos que dominan la carrera política estatal. El ámbito de actuación- admitiendo matices circunstanciales- ha sido prácticamente el mismo durante ambas legislaturas, hecho que ejemplifica que el rescate bancario, poco tiene que ver con los rasgos ideológicos protagonistas en otros aspectos de la política económica.

Si damos un paso al frente, la conclusión a la que hemos llegado anteriormente nos ha permitido descartar que se haya abordado la reforma del sistema bancario como un mecanismo maximizador de votos. En la misma línea, una vez descartados los intereses electorales debemos reconocer que el rescate a los bancos obedecía a intereses estrictamente económicos. Este hecho nos abre un nuevo perfil de investigación: intereses económicos.

Intereses económicos 

Cabe subrayar que cuando hablamos de intereses económicos no estamos afirmando que éstos sean paralelos a los intereses sociales. No es una diferencia menor puesto que en el rescate y posterior reforma del sistema financiero confluyen cuatro intereses distintos: el del gobierno español; el de la sociedad española; el de la empresa privada y el de la comunidad internacional (especialmente los países de la zona euro). En consecuencia, procederemos a profundizar un poco más en cada uno de los intereses apuntados con anterioridad.

Intereses del gobierno 

El primer sujeto de estudio debe ser el principal impulsor del rescate: el Gobierno central. Habiendo descrito ya las principales líneas de actuación acometidas durante estos años es el momento de indagar en el porqué de dicha actuación.

Desde nuestro punto de vista, los intereses del gobierno pudieran dividirse en tres semblantes diferenciables:

– Estabilidad marco: Como veremos más adelante, la reforma bancaria y sus subsiguientes derivaciones contribuyeron a una estabilización del marco económico general. Mucha es la literatura escrita acerca de la ineficiencia derivada de la intervención del estado en la banca y que responde a clientelismo e intereses propios. Si bien des de aquí apoyamos la mayoría de esta discurso, no invalidamos las decisiones de política económica del gobierno pues han contribuido a una re estabilización del sistema financiero. ¿Podría haberse hecho mejor? Seguro que sí. “Definitivamente, puede que no exista alternativa a la recapitalización de Bankia y del conjunto del sistema financiero español, pero sí la hay a que esa recapitalización deba consistir en hipotecar el presente y el futuro de la economía española.” Son palabras de Juan Ramon Rallo, economista del Instituto Juan de Mariana y que proponía una alternativa a la inyección de capital en 20121

– Financiación estatal: En un paper de finales de 2013 titulado “La crisis bancaria y de deuda soberana en España: Orígenes e interrelaciones”2 de Ángel Berges, Emilio Ontiveros y Francisco J.Valero se dedican dos capítulos enteros a analizar la relación simbiótica estado-banco. A corte de ejemplo, el encabezado de los capítulos resume a la perfección el hecho: “Los estados que rescatan a bancos… y asumen más deuda” y “Los bancos que financian a estados… y asumen más riegos”. Es cierto pues que los bancos compran un porcentaje considerable de la deuda que emite el estado y que por lo tanto tienen una posición acreedora frente al deudor estado. ¿Qué persona (o estado) en su sano juicio querría ver desaparecer su principal fuente de financiación?

-Avales crediticios: Cuando estalló la crisis financiera y se cerró el flujo del crédito interbancario muchas entidades se tambalearon. Ante la imposibilidad de captar financiación mediante bonos, los bancos y las cajas acudieron al Estado en busca de protección. El Estado avaló la emisión de bonos de distintas entidades. La más cuantiosa fue la emisión de BFA (matriz de Bankia) por un importe de 15.000 millones de euros. 3,4 En total, y tras sumar otros avales en entidades como Bancaja y la CAM, los avales ascendieron hasta los 35.000 millones de euros.

Una hipotética quiebra de las entidades avaladas se hubiera traducido en el Estado respondiendo de los bonos como avalista.

Intereses de la comunidad internacional 

En un artículo de 20105, el economista integrante de FEDEA, César Molinas hacía especial hincapié en este aspecto y ponía de manifiesto los intereses de países acreedores como Alemania en rescatar a los bancos deudores españoles.

Los mecanismos de rescate impulsados por el FMI y la UE escondían (en parte) los intereses de países acreedores de deuda y derivados financieros españoles. Estos países representados por Alemania son economías con exceso de ahorro crónico que buscaron rentabilidades extras en activos financieros de países periféricos como España, deficitario en ahorro y dependiente de financiamiento exterior.

La alta rentabilidad de los activos financieros estatales gestados durante la burbuja inmobiliaria fueron un excelente valor para la inversión germánica, en busca de unos intereses mayores.

Para explicar detalladamente la exposición de riesgo acudiremos nuevamente al artículo de César Molinas:

“En España la exposición a ese riesgo era directa, se tomaba a partir de hipotecas que estaban en el balance de las instituciones de crédito. En Alemania, la exposición a ese mismo riesgo era indirecta, a través de unos títulos hipotecarios que podían ser vendidos en mercado secundario para obtener liquidez. Esto parecía, hace tan sólo tres años, una gran ventaja.” 

Cuando la crisis se hizo patente, el mercado primario colapsó y lo mismo sucedió en el mercado secundario de títulos por lo que pese a su cobertura inicial, las entidades alemanas debieron asumir la totalidad de las pérdidas y provisionar. Un tema que no nos incumbe aquí pero que merece ser tratado es que pese a la gravedad de la crisis en España, los principales bancos alemanes tuvieron que recibir inyecciones de capital masivas para evitar la quiebra, algo que los bancos sistémicos españoles no han precisado en ningún momento.

Sin embargo, des de aquí nos atrevemos a ir más allá. El interés fundamental de la comunidad internacional a la hora de rescatar los bancos españoles fue la estabilidad monetaria y evitar el desmembramiento de la zona euro. Los anteriores rescates (si bien no parciales como el de España) en Irlanda, Grecia y Portugal perseguían la supervivencia del euro. ¿Por qué no así también en España?

El Memorando de entendimiento sobre condiciones de política sectorial financiera de la comisión europea6 de 2012 no es más que eso: una hoja de ruta que contiene los plazos y operaciones necesarios para recapitalizar y reformar el sistema financiero con el fin de preservar el sistema financiero español, pero sobretodo, europeo.

Para concluir con este apartado dedicaremos unas líneas a la actuación del Banco Central Europeo, artífice de la “recuperación” económica de la eurozona. Durante la crisis, y sobretodo durante la presidencia de Mario Draghi, la entidad ha tomado diferentes medidas monetarias que condujesen a la recuperación. Tanto es así que el BCE llegó a engordar su balance hasta los 3 billones de euros frente a los 1,19 billones que mantenía en 2007. Aunque estas cifras no nos sirvan para constatar su actuación directa en España, sí nos sirven para entender todavía más, la disposición que tenían los entes europeos en preservar su moneda y la estabilidad financiera y monetaria.

Intereses sociales 

En este último capítulo tienen cabida aquellas circunstancias que provienen exclusivamente de los intereses de la sociedad. Sociedad entendida como el ciudadano de a pie. ¿Por qué querría la ciudadanía anónima que se rescataran los bancos?

En los tiempos que corren hemos sido testigos de innumerables manifestaciones en contra de los bancos y sus dirigentes, representantes del capitalismo atroz que- según mucha gente- nos ha conducido de manera inevitable a la crisis. Muchos denunciaban el rescate bancario, y el hecho de que fuera el gobierno el que salvara las entidades de la quiebra. En cuanto se les preguntaba qué pasaría con los depósitos de los ahorradores, aludían al Fondo de garantía de depósitos.

El Fondo de garantía de depósitos, dedicado a cubrir eventuales pérdidas de los depositantes en caso de insolvencia de alguna entidad financiera garantiza hasta los 100.000€. La financiación de los Fondos de Garantía de depósitos procede de las aportaciones anuales que deben hacer las entidades adheridas. Para que se hagan una idea, el capital conjunto del Fondo de garantía de depósitos en Establecimientos Bancarios (FGDEB) y del Fondo de garantía de depósitos en Cajas de Ahorro no llegaba a los 7.500 millones de euros en 2009, en pleno apogeo de la crisis.

La última revisión efectuada por el Banco de España7 cifraba las ayudas a la banca en 61.366 millones de euros. Si bien esta cantidad comprende provisiones, reestructuraciones y nacionalizaciones, nos da una idea aproximada de la magnitud del rescate y relativiza las cifras que maneja el Fondo de garantía de depósitos. En otras palabras: si el sistema bancario hubiera colapsado, el FGD no hubiera bastado para garantizar los ahorros de muchos de los depositantes.

Otro grupo a tener en cuenta en este apartado son los beneficiarios de productos financieros de las entidades bancarias rescatadas. Nos referimos sobretodo a bonistas y dejamos de un lado a los accionistas, que pueden interferir en la marcha de la entidad y que, como socios capitalistas están expuestos al riesgo que esto comporta. Los bonistas, en cambio, que en su mayoría contemplaban los bonos de estas entidades como productos de bajo riesgo, hubieran perdido la mayor parte de su capital invertido en caso de insolvencia por parte del banco.

En el discurso capitalista que aboga por la caída de los bancos, hemos oído muchas veces alabanzas hacia la actuación de Islandia y su gestión de la crisis y especialmente de su sector financiero. Daniel Lacalle, en su libro Viaje a la libertad económica (Deusto 2013) critica dicho discurso y lo tilda de mentira. Tanto es así, que cita un artículo de Baldur Bjarnason que lleva por título “What is actually going on in Iceland8” y que desmitifica de forma clarificadora la actuación gubernamental.

Intereses de los entes privados 

La gran empresa privada española, al lado de las PYMES era también un colectivo interesado en que se procediera al rescate bancario. Éste, se interpretaría como una actuación en busca de estabilidad y la calma de los mercados. En muchos casos, se interpretó la reforma como un primer paso para que volviera a fluir el crédito si bien es cierto que en este aspecto, las expectativas todavía no se han materializado.

Por último hacer una pequeña mención a otro grupo enormemente beneficiado de la realización del rescate bancario: el resto de bancos españoles. Al sanearse las cuentas de las entidades intervenidas, los bancos sistémicos se beneficiaron de tres formas distintas:

– Se retomó la estabilidad financiera y su solvencia quedó ratificada al no precisar intervención estatal.

– Aumentaron su volumen de negocio mediante adquisiciones y fusiones

– Fluyó el crédito interbancario otra vez, colapsado desde la caída de Lehman Brothers en 2008.

Aunque de forma breve, también hemos visto como las entidades sistémicas (séase BBVA y Santander) pudieron presionar en pro de un rescate y reforma bancaria que acabara favoreciendo su modelo de negocio y perspectivas de crecimiento.

Conclusión

Tal y como se prometía en la introducción del capítulo, en estas líneas se ha intentado dar respuesta al porqué de la intervención y posterior rescate bancario. Durante los últimos años, múltiples interpretaciones y lecturas han abordado la gestión de la crisis en este ámbito y desde aquí hemos pretendido dar cabida a todas y cada una de ellas si ejercitar ningún juicio de valor. Nuestra intención no ha sido analizar si el rescate fue acertado o no o si debería haberse realizado o no. Nuestra modesta intención era exponer los motivos que había detrás de la actuación conjunta del Gobierno español, el FMI y el BCE en materia del rescate bancario.

Referencias: 

1- http://www.libertaddigital.com/opinion/ideas/el-rescate-estatal-no-es-la- unica-solucion-1276240187.html

2- La crisis bancaria y de deuda soberana en España: Orígenes e interrelaciones Ángel Berges Emilio Ontiveros Francisco J. Valero http://www.afi.es/EO/notaprensa20131112b.pdf

3- http://cincodias.com/cincodias/2009/09/10/mercados… ml

4- http://cincodias.com/cincodias/2012/02/22/mercados… ml

5- http://www.fedeablogs.net/economia/?p=5128

6- Memorando de entendimiento sobre condiciones de política sectorial financiera, 2012, Comisión europea http://www.mineco.gob.es/stfls/mineco/prensa/fiche… _OU_espanyol_2_rubrica_MECC_VVV.pdf

7- Banco de España 2013 http://www.bde.es/f/webbde/GAP/Secciones/SalaPrens… efing_notes/es/notabe02-09-2013.pdf

8- Baldur Bjarnason , What is actually going o non iceland 2012 http://studiotendra.com/2012/12/29/what-is-actuall…

La exagerada crisis de Rusia

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Como consecuencia de la crisis financiera que azotó el sudeste asiático a mediados de 1997, Rusia se vio involucrada en una grave crisis financiera. Debido a la caída en los precios de las commodities, el ex-país soviético se vio inmerso en un espiral de decadencia que se tradujo en una crisis económica. El rublo, por entonces estable se devaluó enormemente, agravando los desequilibrios macroeconómicos y conduciendo a Rusia a la suspensión de pagos, declarada en Agosto de 1998.

Varios historiadores argumentan que la crisis económica sirvió como driver del espectacular renacimiento de la economía Rusa a partir de 1999. Según estos, la crisis purgó las ineficiencias sectoriales de la economía y contribuyó a la enorme mejora en términos competitivos. En los últimos quince años, Rusia ha mantenido tasas de crecimiento del PIB alrededor del 6%, pasando su PIB per cápita de 1250€ en 1999 a 10986€ en 2013 (lo que supone un aumento del 800% aproximadamente).

Para entender la situación de Rusia en la actualidad hay que contextualizar los hechos y entender la composición sectorial de la economía rusa. El país que preside Vladimir Putin es el tercer mayor productor de petróleo mundial, por detrás de Estados Unidos y Arabia Saudí. La estructura económica de Rusia es altamente dependiente del petróleo, llegando a suponer este un 35% de los ingresos presupuestarios.

La caída acumulada en los precios del crudo desde junio ha sido un duro golpe para una economía enfocada a la exportación de commodities. Algunos expertos aseguran que Rusia elabora los presupuestos con unas previsiones del barril a 100$, por lo que el precio actual desbarataría completamente las finanzas estatales.

Otro elemento a tener en cuenta es la caída en la cotización del rublo, que canaliza el estado de ánimo de los inversores. La depreciación de la moneda rusa respecto al dólar se acerca al 50%, hecho que ha obligado a las autoridades monetarias del país a subir los tipos de interés de forma consecutiva hasta el 17% actual. En este punto me gustaría comparar lo acontecido en 1998 y la situación actual. Pedro Calvo, en El confidencial-Cotizalia compara la situación y determina que la caída en 1998 fue del -71%, superior a la actual.

Las declaraciones de Putin del pasado jueves parecieron calmar la tempestad si bien es cierto que los dos años que pronosticó para salir de la crisis parecen excesivos y no gustaran a inversores y otros agentes clave.

Como reflexionamos al principio de nuestro artículo, si la crisis de 1998 contribuyó a una mejora de la competitividad y al desarrollo de una industria fuerte, deberíamos concluir que la crisis actual es pasajera. Es cierto que la economía rusa debe reducir su dependencia energética, un mercado que se presenta inestable en las próximas décadas. También es cierto que la situación política actual es totalmente distinta a la de 1998, cuando organizaciones internacionales y países alentaron al estado Ruso después de la transición desde el comunismo. Sin embargo, la situación actual me parece que responde más a ataques especulativos que a profundos desequilibrios. Admito, que Rusia debe corregir ciertas deficiencias, y que de no hacerlo, sufrirá mucho en un futuro en el que las energías renovables se irán imponiendo a las fuentes de energía tradicionales. Pero ahora por ahora, la respuesta de los mercados me parece exagerada, y creo que empezará a revertirse en las próximas semanas.

La sobrevaloración de la renta variable y el mercado de deuda

En mi primer artículo que escribo sobre opinión económica, he decidido hablar sobre algo que hace meses que pienso. Ahora mismo , este artículo tendrá menos valor ya que muchos economistas han ido exponiendo también esta idea en sus blogs y en medios de comunicación. De todas formas, mis argumentos y mis ideas siguen siendo los mismos.

Primero hablaré sobre el mercado de deuda. Como todos sabemos los intereses de los bonos a 10 años de la zona euro están en mínimos históricos, sobretodo los de los países periféricos. El español hace justo un año rondaba los 4,3% y ahora está rondando el 1,8%, esto es una diferencia del 2,5%. Este dato anterior no refleja la actualidad económico-financiera de España. Es cierto que a veces tengo una visión pesimista de la situación española, pero ustedes creen que durante estas 52 semanas la situación macroeconómica ha mejorado tanto como para justificar estos descensos? ¿España está mejor que antes de la crisis? No discutiré que se está mejorando en algunos aspectos, pero ni mucho menos en la proporción que se está descontando. Pero donde quiero llegar es en la cuestión de las políticas monetarias del Banco Central Europeo. Antes de entrar en materia, hablaré sobre los mercados de valores.

Estamos en un momento que las algunas bolsas están en máximos históricos de los últimos años, estoy hablando de los vecinos al otro lado del charco: el SP500, Dow Jones y Nasdaq. Si miramos en Europa también podemos ver como los selectivos empezaron hace un año un movimiento alcista bastante pronunciado. No estamos en máximos históricos pero si en unos puntos bastantes optimistas. Si miramos los datos macros de los países , pasa lo mismo que en España. Han mejorado ligeramente pero tampoco para descontar una salida de la crisis. Pero si hablamos de los mercados de valores, aparte del entorno macroeconómico tenemos que poner énfasis en los resultados de las empresas. Gran parte de esta subida generalizada de los índices debería ser por unos excelentes resultado empresarial, que desde mi punto de vista no está justificada. Es verdad que las grandes empresas del Ibex han mejorado ligeramente balances y resultados, pero también hay otras que están ganando menos que el año anterior. Otras siguen tiendo problemas de deuda e incluso empeorando. Por tanto analizando el entorno macro y los resultados de las compañías no vemos justificación para poder tener este optimismo que muestran los mercados.

Aquí es donde entra el papel de los bancos centrales más poderosos, el Banco Central Europeo y la Reserva Federal. Estas instituciones han llevado a cabo unas políticas monetarias expansivas brutales. Primero con las consecutivas bajadas de sus tipos de interés y sus préstamos de dinero. Después con sus forward guidance o lo que es lo mismo la políticas de comunicación. Llegando a programas de subastas de dinero para los bancos, como el TRTLO del BCE. También se han establecido tasas negativas de los depósitos marginales de los bancos comerciales en el BCE. Si miramos en el otro lado del charco, la FED empezó con los QE (Quantitative Easing) , compras masivas de activos financieros y ahora parece que el BCE quiere hacer algo parecido. Es verdad que me he dejado muchas otras políticas monetarias, pero el punto que quiero llegar es el fin de sus actuaciones. Controlar inflación (caso europeo), bajar los tipos de interés a largo plazo (caso USA), generar liquidez a la economía e intentar canalizar el crédito a las familias y empresas. Pero sobretodo la de generar liquidez, es decir, inyectar dinero nuevo a la economía. El problema que hay, como todo el mundo sabe, es que estamos en una trampa de liquidez. Hay muchas maneras de definirlo; cuando la gente ahorra más que gasta, cuando hay miedo a gastar, cuando hay miedo a prestar… Todo el mundo se pregunta: si hay estas inyecciones de dinero a los bancos, como es que no llega a la economía real? Trampa de liquidez! Todo esta gran cantidad de dinero que van introduciendo estos bancos centrales se dirige hacia los mercados de deuda y las bolsas. Esto esta provocando un gran volumen de compras de los activos haciendo subir sus precios y por tanto que los índices estén subiendo y los intereses de los bonos bajando.

En definitiva, estos niveles que estamos viendo en los mercados financieros no reflejan la situación económica de los países en general y de las empresas en particular. Esto conduce una sobrevaloración de los activos financieros inducida por estas políticas monetarias expansivas masivas.

Pere Antoni Taberner