Peter Lynch es uno de los gestores de fondos más conocidos y respetados en el mundo de la inversión. Entre el 1977 y 1990 estuvo como gestor del fondo Magellan en Fidelity Investments, consiguiendo un 29,7% de rentabilidad media anual, labrándose una espectacular reputación en el mundo de las finanzas. La filosofía de inversión de Peter Lynch es de largo plazo, más concretamente Growth Investing, es decir, invertir en empresas en crecimiento. Ha escrito tres libros de inversión: “ One up on Wall Street” , “Beating the Street” y “Learn to earn”.
El libro que hablaré hoy es el primero, “One up on Wall Street”, que a principio de este año (2015) la editorial Deusto publicó la versión en español, traducida por Ramon Vilà, con el título “Un paso por delante de Wall Street”. En este libro, el autor nos ofrece su método de inversión de una manera muy simple, con un lenguaje básico y al alcance de todos. Por tanto, es un libro apto para todo el público interesado en el mundo de la inversión sin demasiado conocimientos en la materia. Eso sí, para poner en práctica este sistema sí que se necesitan conocimientos financieros, así como una cierta práctica en el mundo empresarial. A continuación, al hablar del contenido del libro, ya explicaré el porqué.
Peter Lynch nos explica que se fija en una empresa a partir de su experiencia personal como consumidor de los productos y/o servicios que ofrece ésta. Pero evidentemente, no es el único criterio que utiliza para decidir su inversión, sino solo el inicio. Después es necesario iniciar una investigación sobre la empresa: profundizar sobre su historia, cómo empezó, cómo ha ido evolucionando, información sobre los directivos y por supuesto hacer un análisis de los balances, cuentas y ratios financieras. Pero hay que tener en cuenta que no es suficiente con hacer una investigación del pasado, también hay que saber cuál es su plan estratégico de futuro y analizarlo. Es por eso que antes decía que se precisaban conocimientos económico-financieros tanto para la lectura de balances y cuentas, como para el cálculo de ratios, así como tener una cierta visión empresarial.
En el libro nos da una serie de parámetros para poder identificar valores con una buena proyección como que tenga un nombre poco atractivo, que se dedique a una cosa aburrida, que haya pocos analistas siguiendo la empresa… Me llamó la atención dos cosas: la primera, la palabra Bagger (proviene del béisbol) y que él la utiliza para referirse al crecimiento del valor. Es decir, una 10-bagger es una acción que ha multiplicado por 10 su precio desde que se compró, por ejemplo pasando de 10€ a 100€. Es una terminología inventada por él mismo y que va utilizando en su obra. La segunda cosa, es que según el autor, un inversor aficionado tiene mayor ventaja que uno profesional de Wall Street.
A lo largo del libro el autor va mostrando ejemplos de la realidad y, sobretodo, explica experiencias personales, tanto buenas como malas. Hecho que me parece importante, porque normalmente se suele explicar los éxitos de uno mismo, pero nunca los fracasos. En este caso el autor va narrando los errores que ha ido cometiendo en su vida profesional. De esta forma nos permite ver ejemplos reales de su método y así poder ir aprendiendo de sus aciertos y errores.